He visto una peli mil y una veces y hace poco empecé a leer
un libro que entre ambos encuentro cierta relación.
La película: ‘Big Fish’ (peliculón).
El libro: uno raro que llegó a mis manos gracias a una buena
amiga.
Su título: ‘El
abuelo que saltó por la ventana y se largó’ (por ahora pinta bien)
Empezando por la película va de un hombre que, ya en los
últimos días de su vida, “sufre” la visita de su hijo, el cual, tras mucho años
enfadado con su progenitor, busca hacer las paces con él. Para ello el hijo le
pide a su padre que le cuente de verdad como fue su vida, ya que hasta entonces
el ahora moribundo sólo había contado grandes aventuras con gigantes, sirenas y
atracadores que para los ojos del hijo no dejaban de ser milongas.
Por ejemplo: nada más empezar la película aparece el padre
contando una apasionante historia sobre como pescó un pez enorme que durante
cientos de años había esquivado cientos de cebos… Se ve que el hombre consiguió
capturarlo usando de cebo su anillo de compromiso… al pobre pez le debía de
gustar el oro!. Al final de la historia todo acaba bien, el pez escupe el
anillo, a cambio el hombre libera a su presa, el público que escucha la
historia rompe a aplaudir y la excusa de porqué el padre no fue al nacimiento
de su hijo ya está servida. Al final de la película “se descubre” (por así
decirlo, ya que únicamente se menciona de pasada) que realmente lo que pasó con
el nacimiento del hijo es que fue una semana antes de lo previsto, y entonces
el padre, que estaba en un viaje de negocios, no pudo estar presente.
Contando esas historias, que no dejan de ser ingeniosas y
entretenidas mentiras, hace de su vida una aventura increíble (con todo el
sentido de la palabra “increíble”).
Y el hijo, que siempre sospechó que su padre tenía una doble
vida de la que no se sentía orgulloso o que, aún peor, quizá engañaba a su
mujer, o tenía otra familia completamente formada en otro lugar, termina
pudiendo comprobar que su padre siempre fue fiel a su familia, que tuvo grandes
aventuras, y que aunque no tuviese amigos gigantes, cantantes siamesas o enanos
de circo, tenía grandes amigos, que cada uno bien podría valer por más de dos o
tres personas, y que aunque en un principio todo parecía sencillo y pequeño al
final todo junto podía ser un gran espectáculo.
El hijo termina “resignándose” a reconocer la verdad con
pelos y señales porque ve que tal vez no es necesario, y de hecho él mismo
cuenta la última gran aventura de su padre: su forma de morir.
A cambio, el libro todavía no he terminado de leerlo, así
que aún no puedo hacer un resumen muy coherente, por ahora puedo decir que
trata más o menos de lo que dice el título: un viejo de 100 años que se escapa
de su residencia saltando por una ventana.
La gracia de dicho libro es que empieza con una frase que
relaciono bastante con antes la película mencionada:
“Quienes sólo saben contar la verdad no merecen ser
escuchados”.
Lo cual, pienso que, tal vez sea cierto.
Así que aquí termino esta entrada la cual quiero dedicar a
la gente que me ha ayudado a escribirla:
La amiga que me ha regalado el libro.
El director de la película, que es Tim Burton, al cual lo
tengo aquí a lado corrigiéndome algún detalle del resumen que he hecho.
A un pez muy grande que un día que estaba yo nadando en un
lago se acercó a mí y me recomendó ver la película.
Y a ti, que digo yo que si has leído la entrada alguna culpa
habrás tenido de que la escriba.
“Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él
mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuan él ya no está. Y de
este modo el hombre se hace inmortal.”

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