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Recordad: antes de untar la mantequilla tirad la tostada al suelo para saber por qué lado va.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

10/6 : La marca de un loco




 Sin duda peculiares y dignos de mención son todos los sombrereros que se preocupan por mantener algo encima de la cabeza de la gente a cambio del duro pago de tarde o temprano peder ellos la cabeza.

¿Acaso están locos los sombrereros?
Hagamos memoria en nuestra propia sabiduría y contemplemos el señorito que protagoniza esta entrada.
“El sombrerero loco” (si no lo conocéis por ese nombre dejad de leer estas líneas, os aburrirán). En cambio, ¿de dónde narices ha salido el adjetivo?, husmeando entre las descripciones del creador de Alicia y su país maravilloso no hay ninguna mención de un trastorno psicológico por parte del sombrerero. Tal vez su forma de actuar recuerde la de un loco, si, sin duda, pero, ¿puede ser que el “descalificativo” haya sido sacado de otro lugar?

Remontándonos a principios del siglo XIX existía el tópico de que todos los sombrereros estaban locos.
Razón: en general, todos ellos usaban un pegamento especial para pegar aquellos sombreros de copa tan famosos. Un pegamento que, al ser inhalado con frecuencia los componentes que tenía, acababa provocando en los afectados desequilibrios en su cabeza (esquizofrenia pura y dura).

Así que tal vez, y sólo tal vez, la culpa de que nuestro querido Jhonny Deep actuase abriendo muchos los ojos y hablando de forma bastante peculiar en la última versión de la historia de nuestra querida Alicia se debió a que unos humildes trabajadores, hace ya más de cien años, en su afán por conseguir la perfección en las cabezas de sus clientes usaron un compuesto que luego les llevó de cabeza, y entonces llegamos nosotros, muy desagradecidos, con nuestras gracias sin gracia, y le aplicamos al personajillo de Lewis Carroll una enfermedad que en principio no estaba en el guión que padeciese. Una historia de locos, sin duda.

(Y no me voy a meter con lo de “10/6”, porque en general a los que se explayan mucho los acaban tildando de locos, únicamente diré la pista de que el pobrecillo no le había quitado la etiqueta a la prenda…)

De todas formas, y sin ánimo de ofender a nadie, entre nosotros: ¿quién no está loco?

“En un mundo que está loco, ser cuerdo es una locura” <Paul Saumelson>