Recordad:

Recordad: antes de untar la mantequilla tirad la tostada al suelo para saber por qué lado va.

jueves, 22 de enero de 2015

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Y entonces, como si de un chispazo de luz a cámara lenta se tratase, dejarás de atender a donde se posan tus ojos, y mirarás, en tu mente, un escenario ideal en el que tras muchos días, semanas, meses, de esfuerzo y, seguramente, sufrimiento, consigues llegar a ese momento, a ese segundo, donde tú, y la gente que quieres, disfrutáis del éxito que viene del objetivo cumplido.
Te recreas con ese segundo, con ese instante, corto pero intenso, de sabor dulce, y de sobras esperado. Te imaginas también los minutos de después, con la satisfacción del trabajo hecho, por difícil, imposible, que sonase al principio. Y finalmente sabes que lo olvidarás, y que otras empresas vendrán después, pero que quedará ahí, para siempre, y tú lo sabrás.

Luego vuelves a enfocar, de nuevo, donde antes mirabas. Y sin titubear, con una apabullante sangre fría, darás la espalda a ese futuro. Diciendo que es difícil, imposible, y que, aunque se lograse, el esfuerzo no merecería la pena.

Y así pasamos día sí día también cogiendo el sendero de siempre y dejando de lado ese otro futuro en el que una persona como tú cumple un sueño, tu sueño, imposible.

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